La expresión "bajarse al moro" tenía dos acepciones para mí hasta el pasado sábado. Por un lado era el término que inspiró a Jose Luis Alonso de Santos para escribir el argumento de una obra que Verónica Forqué y Antonio Banderas protagonizaron en el cine. Vaya risas. También era una frase muy utilizada cuando te quedabas sin pilas, sin sal o sin vinagre un domingo a las 9 de la noche: me bajo al moro o al chino, depende del barrio.
Hasta aquí no descubro nada nuevo, porque me he dejado la sorpresa para el final. El nuevo negocio que tienen los moros en el barrio de lavapies. Realmente no sé si será nuevo ni si será el más sorprendente, pero a mí me dejó con la boca abierta.
En Marruecos el precio de unas zapatillas Puma como las de Fernando Alonso pueden llegar a costar menos de la mitad de precio que en España, y eso los moros, lo saben. Claro que fletar un barco cargado de zapatillas a nuestro país supondría pagar todos los impuestos necesarios, y el precio final del par de zapatillas subiría hasta igualar al de cualquier tienda de deportes en Madrid.
El barrio de lavapies es un sitio genuino. Basta con pasearse durantes pocos minutos por sus calles para descubrir que es un barrio muy distinto a los demás, y que sus paredes encierran tantos secretos como nacionalidades. Una lucha constante por la supervivencia y la convivencia. Hasta allí se acercan curiosos, bohemios y chavales que buscan unas zapatillas como las de Fernando Alonso casi a mitad de precio. Por eso se pueden ver grupos de quinceañeros con su chupa chevignon, la gorra nike al más puro estilo neoyorquino y el mp3 colgando junto al rosario fluorescente.
Para conseguir que su negocio sea fructífero los moros tienen que conseguir evadir el pago de impuestos fronterizos, y la solución es sencilla. Primero mandan hasta la península un barco cargado de zapatillas del pie derecho, por lo que la mercancía es catalogada como de desecho al no tener ninguna utilidad comercial, o eso creen los ingénuos agentes de aduanas, que no imaginan que por otra vía estan llegando los pies izquierdos que también han sido catalogados con el mismo criterio.
Los chavales entran en un domicilio que han conocido por la universal estrategia publicitaria del boca a boca. Una vez allí uno de ellos hace de intermediario entre el moro y los compradores. Dentro del salón del domicilio, en el mueble en el que todos guardamos manteles, libros, dvd´s y botellas, están expuestas las zapatillas de marca previamente emparejadas. El intermediario hace fotos de los modelos con su móvil última generación y sale fuera del domicilio a enseñarle a sus colegas el material y el precio.
Si hay trato, el chaval pasa a por las zapatillas de marca que lucirá como Fernando Alonso, pero a mitad de precio. Hasta que éste se entere de lo económico que resulta bajarse al moro.
En Marruecos el precio de unas zapatillas Puma como las de Fernando Alonso pueden llegar a costar menos de la mitad de precio que en España, y eso los moros, lo saben. Claro que fletar un barco cargado de zapatillas a nuestro país supondría pagar todos los impuestos necesarios, y el precio final del par de zapatillas subiría hasta igualar al de cualquier tienda de deportes en Madrid.
El barrio de lavapies es un sitio genuino. Basta con pasearse durantes pocos minutos por sus calles para descubrir que es un barrio muy distinto a los demás, y que sus paredes encierran tantos secretos como nacionalidades. Una lucha constante por la supervivencia y la convivencia. Hasta allí se acercan curiosos, bohemios y chavales que buscan unas zapatillas como las de Fernando Alonso casi a mitad de precio. Por eso se pueden ver grupos de quinceañeros con su chupa chevignon, la gorra nike al más puro estilo neoyorquino y el mp3 colgando junto al rosario fluorescente.
Para conseguir que su negocio sea fructífero los moros tienen que conseguir evadir el pago de impuestos fronterizos, y la solución es sencilla. Primero mandan hasta la península un barco cargado de zapatillas del pie derecho, por lo que la mercancía es catalogada como de desecho al no tener ninguna utilidad comercial, o eso creen los ingénuos agentes de aduanas, que no imaginan que por otra vía estan llegando los pies izquierdos que también han sido catalogados con el mismo criterio.
Los chavales entran en un domicilio que han conocido por la universal estrategia publicitaria del boca a boca. Una vez allí uno de ellos hace de intermediario entre el moro y los compradores. Dentro del salón del domicilio, en el mueble en el que todos guardamos manteles, libros, dvd´s y botellas, están expuestas las zapatillas de marca previamente emparejadas. El intermediario hace fotos de los modelos con su móvil última generación y sale fuera del domicilio a enseñarle a sus colegas el material y el precio.
Si hay trato, el chaval pasa a por las zapatillas de marca que lucirá como Fernando Alonso, pero a mitad de precio. Hasta que éste se entere de lo económico que resulta bajarse al moro.
5 cotillas:
ottia, me acabas de dejar flipando. la verdad es que la idea está pensada mu mu bien. suena super super mega fuerte e hiper peligroso para un chavalillo de la moraleja.
"Hey peña, mira como me rulan mis zapas nuevas, osea...no te querrás imaginar todo lo que he sufrido para conseguirlas"
Pero no son falsificaciones?...en la carniseria mora de mi barrio, también las venden.
En fines, yo, cuando quiero ropa/calzao de marca tirá de precio, lo que hago es irme al Corte Inglés de Molina. Todo outlet. Precisamente ahora llevo puestas unas pumas electric blue preciosas que me procurén en el antro que os digo, por 20 eurolos.
Yo no suelo llevar nada de marca, vamos, que si me mola algo me lo pongo y punto. Independientemente de la marca que sea. Para las zapatillas es distinto, me molan las Vans, porque son ultracómodas y me gustan los diseños que tienen. Tendré que bajar al moro pa ver si las encuentro más baratillas, ahí o al Corte Inglés de Molina.
Big, quien me lo contó no era precisamente muy osea.
Ains mila, a mi me molaban más las zapatillas esas que llevabas plateadas y con más bujeros que otra cosa... que bonitas te quedaban tú.
Oye apa, ¿crees que los moros podrán conseguirme unos zapatos de farales rojos de lunares a precio de chancla? es el sueño de mi vida...
Deberias dejar de ver el Comisario. Te está afectando mucho.
Vaya con tus amigos. Yo quiero unas marrones y con rayas naranjas o verdes... ¿sabes donde conseguirlas?
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