Hoy me ha reconfortado volver a sentir esa alegría indescriptible cuando he llegado a la estantería de la Fnac donde pone cantautores, y le he visto, todo verde (en homenaje a mí, supongo) hablándome sin articular palabra y mirándome detrás del emblistado. Desde hace años, tengo la manía de pensar que hay discos fabricados expresamente para mí, por lo que cuando cojo el CD deseado lo recibo como si fuera un regalo colocado ahí para que yo lo cogiera, y lo pagara claro. Curioso regalo.
Evidentemente esto no deja de ser una frikada como un trailer de 15 metros, pero a mí me hace tremendamente feliz. Por eso celebro la llegada de Pedro, como celebraré la de Sergio y la de Tontxu que están a punto de parir, vamos, algo similar a lo que me sucede cuando oigo por primera vez la sintonía de GH después del verano, o aparece Merche en pantalla... Ains, qué friki soy y cómo me mola.