"El exorcismo de Emily Rose" es una peli que combina un drama jurídico con el terror de forma coherente y efectiva. Si eso no fuera un motivo lo suficientemente sugerente como para acercarse al cine, además reabre el sempiterno debate Iglesia vs. Ciencia, y se ha inspirado en hechos reales ocurridos en la alemania de los setenta. Lo que no me gustó fue el cine.
Sigo pensando que las salas convencionales no están preparadas para el cine de miedito. Entiendo que los cines Ideal tengan asientos dobles para que si te pierdes en el argumento de la peli croata en versión original con subtítulos en húngaro, te puedas echar la siesta sin problema. Pero no comprendo por qué no ponen esos asientos dobles en todas las salas, para poder apretar a tu pareja sin problema en el momento de máximo tensión. Apretar a, no apretar con, ojito. ¡¡ Qué entre las uñas aún tengo restos del plastiquillo de los posabrazos de la butaca de ayer!!, tanta tensión, tanta tensión...
Claro, que lo mejor sería ser proyectero de películas de miedo. Te tienes que quedar con todos los colegas: "pshi, pshi, a la de tres el cine entero bota: uno, dos y tres. Voila!". Claro, que si no van los colegas a verte al curro, siempre puedes hacerte un solitario..., me explico que algunos teneis una mente. Puedes apostar cuál será el que más alto llegue en el bote, por qué zona de la sala comenzará a oler primero a caquita o quién será la primera listilla que meterá mano debajo del pantalón de su acompañante, con la excusa de agarrarse a algo firme para soportar el miedo.
Afortunadamente viendo Emily Rose no solo entretienes al proyectero, sino que pasas un buen rato, entre demonios, agnósticos, creyentes y una iglesia desesperada por captar clientela.