Te quedan 7 días
Tras esta amenazante frase solo queda buscar una salida desesperada para evitar que una niña japo con pelo lacio y largo salga de un pozo, y acabe engulléndote cual salamandra a un mosquito cegado por la luz. La salida es ir al origen, a la raíz, a la fuente o en este caso al pozo.
A Gran Hermano le quedan 7 días, pero no a la soporífera, previsible, insulsa, manipulada y carente de emoción edición de este año, sino a Gran Hermano como programa, como formato, como sueño.
Tuvieron año y medio para darle otra vuelta de tuerca al formato. Cuando los imberbes paulistas y primistas no habían abandonado aún la lactancia materna, muchos de los que hemos perdido el hormigueo visceral cuando se acerca la gala del jueves, ya habíamos descubierto que GH es un programa que bien dirigido, te abduce hasta hacerte perder la vergüenza y cometer actos tan impresentables que nunca se reconocerán en público.
Año y medio de incertidumbre. Los fans incondicionales no parábamos de elucubrar sobre la nueva casa, las nuevas normas, los nuevos juegos... solo sabíamos que concursarían por parejas, algo nada novedoso pues ya lo habían hecho en El reencuentro pero había que esperar. Esperar para descubrir que estuvieron año y medio tocándose las pelotas porque sorprender nos han sorprendido poco.
Todas las ediciones se han caracterizado por algo. Hasta de las más olvidables ediciones tenemos algo para recordar: la nefasta GH 6 tuvo momentos memorables y concursantes destacables a pesar del patético trío finalista. De GH 9 siempre nos quedará la primera repesca y los juegos con las gemelas o la chica de oro. GH 12 intentó jugar a nenes y nenas en dos casas, pero corrieron demasiado y no supieron explotar el potencial de la división por géneros. Y al final tanta información del exterior el año pasado, acabó teniendo gracia, sobre todo cuando Igor se fue cargando uno a uno a todos sus rivales, aunque como en el caso de Sonia contara con la appyuda de la organización.
Pero, ¿de este año?¿qué podemos recordar?. Cotillear los perfiles de twitter de los paulistas te permite comprender por qué mueren contínuamente de amor, su edad es algo más corta que su CI. Y de lo único que pueden presumir es de tener padres desesperados que pagan con gusto los gastos de miles de SMS propaula. Al fin y al cabo consiguen tener al unineuronal del niñ@ pegado a la tele durante 24 horas algo más de tres meses. ¿Es o no es un alivio perfectamente sostenible económicamente hablando?.
No recordaremos nada. Cero en originalidad, cero en sorpresas, cero guionización, cero en pruebas, más que GH 15 les ha quedado un GH 0. Un GH muerto. Anoche la 1000-A se enfadaba ante la pasividad de los primos durante la edición, sin ser muy consciente de que para que una historia funcione hacen falta buenos protagonistas (algunos los eran) pero también un buen guión, y de esto último ellos han sido los únicos responsables.
Que iba a haber manipulación y favoritismos lo esperábamos pues es la actitud del programa desde la primera edición, pero que en su afán recaudatorio se iban a olvidar de entretenernos no lo esperábamos ni en la peor de nuestras pesadillas.
¿Dónde tendrán guardado aquel árbol de navidad de GH 11 que les hizo nominar de la forma más sorprendente que hallamos visto? ¿Qué pasó con la casa espía que nos permitió ver un metagran hermano? ¿Y esas pruebas por ser líder y así calcular los 3, 2 y 1 punto para evitar la salida de un aliado aunque eso implicara exponerte a la audiencia? ¿Dónde guardan geniales ideas como el dale la vuelta con los finalistas de GH 13? ¿O los juegos complices como aquel con Pulpillo destroza construcciones? O la nominación inmediata, el zulo de GH 6, los +1,... en GH 15 cuando quieren ser originales, llaman a un enano payaso para que tire merengue a los concursantes.
Ahora solo queda esperar a ver si la niña japo les engulle o si corren al origen para recuperar la capacidad de sorprendernos con sutiles movimientos de hilo que nos tengan pegados al sofá jueves tras jueves. De momento pocas esperanzas tengo de que sean capaces de encontrar un papirrin que abandone misteriosamente justo cuando la entrada de Lucía era la única tabla de flotación que le quedaba a una moribunda edición. La audiencia respondió y el barco no naufragó, pero los que de verdad disfrutamos de este programa, nos vamos cada jueves a la cama antes de la medianoche añorando lo que fue tele en estado puro.